Arte en el subte: pintan murales para embellecer las estaciones

Las obras ya pueden verse en paradas como Miserere, de la línea A, Plaza Italia, Callao y Tribunales, de la D, y Uruguay, de la B. Con esta iniciativa, se busca darles color a las paredes con las creaciones de distintos artistas plásticos. El próximo mural se verá en Catedral.







Esta vez no la tuvo tan fácil. Martín Ron es muy perseverante con los murales porteños: primero esparció sus ídolos populares por las calles de la Ciudad -homenajeó a la Coca Sarli, a Tévez y a Maradona, entre otros-, después los llevó bajo tierra, a una de las formaciones de la línea A -están Atahualpa Yupanqui, Fangio, la Negra Sosa, por mencionar algunos- y hasta pintó una pared de más de 400 metros cuadrados en Villa Urquiza.

Ahora, como parte de una iniciativa de Sbase para embellecer las estaciones de subte, le tocó darles color a las paredes de Miserere, de la línea A, bajo la plaza de Once. Y a pesar de que él, con tal de pintar su arte, se banca cualquier pared que le pongan por delante, esta vez, tuvo que lidiar con cables, tuberías, aires acondicionados, puertas, columnas, azulejos, cajas de electricidad.

Lejos de apichonarse, aprovechó estos elementos como recursos de la obra. Y así quedó “un mural surrealista, una composición mutante, una conjunción entre maquinaria, hombre y naturaleza”, explica Martín a La Razón. En total, fueron 70 metros de mural que pintó con su hermano Guillermo y sus amigos de siempre, “Jiant” Antonucci y Rubén Rojas.

Es cierto: la pared surrealista que pintaron Martín y su equipo es surrealista. Hay un mono, un bebé, un pez, una cabeza con orejas que se desatornillan y un color rosa fuerte y celeste que predomina en la obra: “Es un concepto que tiene que ver con la fusión con lo tecnológico. Pero también lo que pasa arriba y lo que pasa abajo, es el surrealismo de eso, quería una obra que mostrara eso.

Y el hecho de que la pared no fuera lisa, hizo el trabajo más enroscado, más surrealista”, cuenta Ron, que desde diciembre, entre mates, brochas, rodillos y latas de pintura látex y sintética, trasnocha en las vías de la estación Miserere para darle vida a su obra. “Pintar de noche fue divertido, la estación es gigante, no hay gente, sí alguno que limpia, es medio fantasmagórico.

Me disparó otras ideas”, confiesa este treintañero, que también tendrá a su cargo la estación Catedral, donde plasmará algo así como “un cielo realista, de aves exóticas, para abrir el techo y llevar el cielo bajo tierra”.

Ni Miserere es la única estáción “embellecida”, ni Ron el único artista que pintó bajo tierra. Otros que pintaron durante varias noches fueron el artista plástico Marino Santa María, que intervino el Pasaje Lanín en La Boca, a quien le tocó la estación Plaza Italia, junto a Federico Minuchin. Remo Bianchedi está en Callao; Juan Danna, en Tribunales (estas últimas en la línea D) y Claudio Baldrich, en Uruguay (línea B).

En el caso de Santa María, el artista aprovechó la cercanía con el Jardín Botánico y con el Zoológico para transportar a los pasajeros a otro lugar. En Uruguay, en cambio, Baldrich plasmó un espíritu “beatle”, que recuerda la tapa de “Yellow submarine”.

Fuente: Diario La Razon