ESPAÑA: UN TRAVELÍN EN BLANCO DESDE EL TREN

Un trayecto que se cubre en 35 minutos con uno de los trenes más avanzados del país ha durado casi una hora

Pocas veces los pasajeros del Avant (Ave regional) de primera hora de la mañana levantan las cabezas de sus menesteres, léase trabajar en los portátiles, contestar los primeros correos de la mañana con el móvil o sencillamente dormitar. Pero hoy ha sido diferente. El paisaje bien lo merecía. Nada más salir de la estación del Camp de Tarragona, un manto blanco ininterrumpido ha aparecido como una película tras las ventanillas haciendo que muchos pasajeros dedicaran parte del trayecto a intentar captar lo inusual de un paisaje, como se suele decir, de postal.

Poco ha importado que el tren viajara con más de media hora de retraso –aún es el momento de que los responsables de Renfe den explicaciones del por qué la nieve ha afectado estos trenes de última tecnología- ni que su ritmo no llegara ni de lejos a la alta velocidad. Si no fuera porque es imposible o poco probable, uno podría pesar que el maquinista ha levantado el pie del acelerador para poder disfrutar de un paisaje inusual teñido de blanco inmaculado salpicado por casas y pequeños pueblos también espolvoreados de blanco azúcar.

Un travelín de cine de poco más de 100 kilómetros que ha concluido a las puertas de Barcelona, donde el tren a encendido las luces y el pasaje ha despertado de su sueño en blanco. Y aunque el viaje será de los que se recordarán durante años y saldrá en todas las estadísticas, ¿cómo explicar que un trayecto que se cubre en 35 minutos con uno de los trenes más avanzados del país ha durado casi una hora? Eso sin sumar la media acumulada de retraso.

La Vanguardia