El subte de San Pablo: estalla otro escándalo de corrupción

Una trama de corrupción de multinacionales con la otra pública

Diez multinacionales investigadas por la policía en un negociado de sobreprecios en los trenes subterráneos



Pocas veces se vieron en el mundo operaciones “Mani Pulite” como las encaradas, estos días, por la Policía Federal; el Ministerio Público y la justicia brasileña. Las de Brasil se diferencian por sus montos, de billones de dólares, y por las empresas comprometidas de adentro y del exterior. El escándalo que estalló entre el jueves y el viernes últimos involucra directamente la Compañía Paulista de Trenes Metropolitanos (CPTM), una estatal manejada por el gobierno de San Pablo. Como ocurrió en Petrobras, también en este caso se enquistó un “esquema de corruptos” que recibía coimas a cambio de “distribuir” obras entre un grupo de empresas “cartelizadas”.

Pero a diferencia de la petrolera, donde las firmas “beneficiadas” eran las grandes constructoras nacionales, en la CPTM son grandes compañías extranjeras con un par de grupos locales. En el proceso judicial iniciado por el Ministerio Público paulistano se menciona específicamente a la canadiense Bombardier, la japonesa Mitsui, la Alstom, la germánica Siemens, las españolas CAF y T-Trans. Se suman a estas la firma MGE y la chilena Temoinsa, además de los grupos MPE y Tejofran de Brasil. Todas ellas están ahora acusadas no sólo de pertenecer al selecto “cártel del subte” sino también de “corrupción activa, corrupción pasiva, delito licitatorio, evasión de divisas y lavado de dinero”.

El fiscal Marcelo Milani, que lleva el proceso, inició causas contra 33 personas, entre ellos directivos de las compañías y funcionarios actuales y pasados. Pero además demandó la “disolución” de las multis involucradas. De concretarse esa medida, deberán salir del mercado brasileño. Esa es la razón por la que Siemens se apuró a realizar un acuerdo de “delación” que podrá protegerla de semejante decisión. Les reclama, además, una indemnización de casi 200 millones de dólares, que sería el daño causado por contratos realizados apenas entre 2001 y 2002.

En cuanto a los funcionarios, entre ellos se encuentra el actual titular de la compañía paulista de subterráneos. Se trata de Mario Manuel Bandeira, un allegado al gobernador paulista Geraldo Alckmin. Esto removió el avispero en la agrupación política que manda desde hace 20 años en este estado provincial: el Partido Social Demócrata de Brasil, o PSDB.

Según el fiscal Milani, el cártel actuó durante 10 años (desde 1998 hasta al menos 2008), período en el que estuvieron sucesivamente el fallecido Mario Covas, el actual senador José Serra y también el actual gobernador Alckmin. Habría que añadir que el ex candidato opositor Aécio Neves, es presidente del PSDB, además de senador. Con todo, sería temerario vincularlo a este exitoso modelo de coimas, ya que el actuó en otro ámbito geográfico (Minas Gerais y Brasilia).

Pero lo más difícil está por ocurrir. Estos días comenzarán a llegar a los estrados de la “inquisición judicial” los documentos probatorios de los delitos que un grupo de fiscales del Ministerio Público paulista fue a buscar a Berna, la capital suiza. Se sabe que en los bancos de Suiza figuran varias cuentas sospechosas de ex directores de la estatal de subtes y en ellas hay suficiente dinero como para advertir que no viene de un ahorro de salarios de empleado público. Ademar Venancio de Araújo, que fue director de esa empresa, tiene por ejemplo 1,2 millones de dólares. El, y sus otros colegas –incluido el actual titular de la empresa paulista—son considerados por los fiscales “piezas fundamentales para entender cómo operaban las multinacionales Alstom y Siemens para garantizar los contratos.

La justicia suiza se comprometió a transferir a Brasil todos los procesos iniciados por ese país en el caso del cartel de los trenes de San Pablo. Eso implica nada más ni nada menos que tener en mano detalles de las cuentas de los involucrados, que hoy están bloqueadas.

Según señaló la prensa brasileña, el Ministerio Público de Brasil había solicitado hace meses esa información crucial. Pero recién ahora los suizos se dispusieron a abrir esa caja de Pandora. En declaraciones al diario Estado de São Paulo, el fiscal paulista Silvio Marques que estuvo en la capital suiza, advirtió: “Este es un escenario de pesadilla para los sospechosos”. También lo es para el opositor PSDB, que hasta ahora había transitado por el “Sahara” de Petrobras como defensor incólume de la lucha contra la corrupción.



Fuente: Clarin