Tragedia de Once: dudas en el juicio sobre el análisis de alcoholemia del motorman

Se reanudó el proceso por el choque del tren que causó la muerte de 51 personas en febrero de 2012. La audiencia contó con tres testigos citados para declarar sobre los estudios a Marcos Córdoba, quien manejaba la formación accidentada



En los tribunales de Comodoro Py se reanudó el juicio oral y público tras el receso invernal. Cerca de las 11 de ayer, el Tribunal Oral Federal 2, integrado por los jueces Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Alberto Tassara y Jorge Luciano Gorini, recibió el testimonio de Carlos María Gandini, bioquímico del laboratorio Rapela contratado por la Clínica Fitz Roy al momento del accidente.

Gandini, el único testigo en declarar tres veces en la instrucción de la causa ante el juez Claudio Bonadío, aseguró que el resultado de la medición de alcohol en sangre sobre Córdoba debe interpretarse como igual a cero por estar debajo de la sensibilidad del dispositivo con el que se hizo el estudio. El motorman obtuvo un resultado de 13 mg-dl.

Pero Carlos Fabián Reyes, representante en la Argentina de Abott, proveedora del instrumento con el cual se realizó el estudio, sostuvo que el resultado debe interpretarse como positivo ya que el aparato no mide alcohol en sangre por debajo del umbral de 13 mg-dl, es decir, de cero a 12,99 mg-dl.

Reyes consideró entonces que el motorman, al momento de tomarle la muestra, presentaba signos de alcohol en sangre.

El representante de Abbot dijo además que el laboratorio Rapela no respetó el protocolo recomendado cuando hizo el estudio a Córdoba.

Procedimiento en duda

La defensa de Juan Pablo Schiavi, ex secretario de Transporte, planteó en su momento dudas sobre cómo se obtuvieron las muestras para determinar si Córdoba estaba alcoholizado o no.

En la causa se habría logrado probar que se rompió la cadena de custodia en el traslado de los estudios a los laboratorios y de ahí el reclamo de juicio sobre Bonadío.

Los abogados de Schiavi dijeron que el juez de la instrucción debió pedir expresamente que se protegiera un material clave para conocer el estado de salud de quien conducía el tren al momento del siniestro.

Mario Pozo, coordinador de la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica Fitz Roy donde estuvo internado Córdoba, fue el último en declarar en la jornada.

Reveló que el motorman recibió visitas durante su internación, violando la incomunicación, y que no presentaba lesiones defensivas, es decir, una posible indicación acerca de que no estaba en alerta al momento del impacto.

A Córdoba se le extrajo sangre el 22 de febrero de 2012 a las 14, varias horas después del accidente que sucedió a las 8:32. Esa demora podría hacer desaparecer el alcohol en sangre.

A Pablo Farina, médico legista encargado de la tarea, se le hizo mirar la foja 936 del expediente. Allí consta que el sobre con el resultado del análisis estaba abierto.

Farina dijo que entregó el material al policía que cuidaba al paciente y que a partir de ese momento se desligó del asunto, sin conocer entonces cómo se custodió el material.

Además de Córdoba, entre las 29 personas que son juzgadas figuran el secretario de Transporte de la Nación Ricardo Jaime, el ex interventor de la CNRT Eduardo Sícaro y los directivos del grupo empresario que tenía la concesión del ferrocarril Sarmiento.

Fuente: Infobae