Dramáticos relatos de los testigos

Una pasajera dijo que “el motorman se quejaba porque los frenos no funcionaban”. Y describió el pésimo estado del tren.

Momentos de tensión y emoción se vivieron en Comodoro Py. El Tribunal Oral Federal 2 comenzó a recibir la declaración de los sobrevivientes de la tragedia de Once, muchos de los cuales perdieron familiares o quedaron con secuelas físicas y psicológicas.

Las primeras en declarar fueron Natalia Meza, quien sufrió una fractura expuesta en una de sus piernas, y Norma Barrientos, cuya hija, Karina, fue una de las víctimas fatales.

“Los frenos no me responden”, declaró Barrientos que le escuchó decir al motorman Marcos Córdoba antes del impacto. “Estaba en el primer vagón, no podíamos ni movernos porque íbamos muy apretados”, agregó Barrientos, cuyo relato se entrecortó varias veces por el llanto al recordar las últimas vivencias con su hija, de 14 años. “Vi que (la formación) no paraba la velocidad. Yo ya estaba acostumbrada al mal funcionamiento de los trenes porque siempre pasaba algo y el que viaja todos los días lo sabe. Parecemos ganado”, señaló la testigo.

“Saco boleto porque es mi seguro y me gusta hacer las cosas bien, pero no había control y tampoco personal de seguridad”, sostuvo.

En tanto, Meza, que debió ser operada 30 veces tras la tragedia, contó los momentos posteriores al choque. “Para rescatarme tuvieron que sacarme un muerto de encima. No me podía casi mover de la cintura para abajo. Me movía y el dolor era cada vez mayor”, relató.

Meza también se refirió al pésimo estado de los trenes. Dijo que muchas veces “se pasaban de largo en las estaciones y debían retroceder”. Y completó: “En los últimos años previos al choque todos los días pasaba algo. Ventanillas sin vidrios, problemas en el funcionamiento de las puertas o asientos deteriorados”.

Fuente: Diario La Razon