UN INSÓLITO OBSTÁCULO PARA EL PROYECTO DE REACTIVACIÓN DEL RAMAL LA PLATA-BRANDSEN

Los apoyos ofrecidos desde distintos organismos del Estado a la reactivación del ramal ferroviario que unía a La Plata con la ciudad de Brandsen -en especial los brindados en los últimos años por los concejos deliberantes y por algunas dependencias nacionales que mostraron su interés por la recuperación de ese servicio, sin dejar de mencionar aquí las múltiples muestras de apoyo y los esfuerzos encarados por distintas organizaciones no gubernamentales- no se condicen con el avance de las usurpaciones en la estación de trenes de Melchor Romero, con asentamientos sobre las vías que no cesan de crecer.

Según se denunció recientemente, la situación se ve agravada por los episodios de inseguridad que se registran en esos espacios y en la propia estación de trenes, que fue el núcleo de la fundación y del crecimiento de la localidad del oeste, aunque ahora los vecinos dijeron no encontrar respuestas por las gestiones que realizan ante las autoridades frente a las ocupaciones ilegítimas.

El propio delegado de Melchor Romero indicó que se iniciaron actuaciones judiciales, pero que como los terrenos pertenecen al gobierno nacional, hasta que la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIF) no pida expresamente la liberación de las tierras, no hay posibilidades de que la Justicia pueda actuar con una medida concreta.

En las últimas reuniones vecinales esta cuestión resultó ser central. La ocupación de los terrenos ubicados entre las avenidas 167 a 173 y las calles 516 a 517, que pertenecen a la antigua estación ferroviaria originó diferentes denuncias. Los vecinos reseñan que en alguna oportunidad intervino Gendarmería, pero la inquietud resurgió porque después se dejó avanzar las ocupaciones de tierras y del predio ferroviario prácticamente no queda nada, aseguraron.

En ese marco, desde la Junta Vecinal subrayaron que la presencia de asentamientos en las tierras cruzadas por las vías obstaculiza el proyecto que procura la rehabilitación del ramal, que ya sumó diversas adhesiones y concitó el interés de las autoridades nacionales.

Desde luego que es incontrastable que las demandas habitacionales de familias indigentes deben ser respondidas desde el Estado. Pero lo que no puede admitirse en modo alguno es la usurpación sistemática de tierras o de inmuebles particulares o fiscales, ya sea en la periferia como en las zonas urbanas.

En el caso de las tierras e instalaciones que perecen al ferrocarril, es de sana administración que el Estado haga lo necesario por mantener intangibles propiedades que, en alguna oportunidad, podrán ser rehabilitadas para que cumplan su antigua función o, eventualmente, para asignarlas en forma ordenada a otra finalidad.

Pero lo que también resulta inadmisible es que una propiedad nacional, sostenida desde su origen por el impuesto de los contribuyentes, no sea protegida en forma constante y meticulosa por las administraciones responsables.


Fuente: El Día